Muere el cine español, se va Luis García Berlanga

CULTURA | Cine | Si Berlanga hubiera nacido medio siglo después, habría llegado a tiempo de rodar la irreparable tragedia de la violencia de género ('Esa pareja infeliz'); el descarnado retrato del periodismo del siglo XXI ('Las cuatro medias verdades'); la chapucera intrahistoria de los GAL ('Los verdugos'); las repulsivas aventuras eróticas de Yola Berrocal ('Tamaño artificial'); la sorpresiva boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz ('Matrimonio nacional'); el indecente oficio/beneficio de los políticos españoles ('Todos a la cárcel') [Esta última quizá sí le dio tiempo a filmarla]... Pero nació en 1921, así que no pudo realizar más que tres o cuatro de las obras maestras indiscutibles de la historia del cine español: '¡Bienvenido, Míster Marshall!' (1953); 'Los jueves, milagro' (1957); 'Plácido' (1961); y 'El verdugo' (1963). Ayer murió, a los 89 años, Luis García Berlanga, tras (mal)vivir el último lustro aquejado de Alzheimer.

Aunque algunos ya le habían 'matado' hace un mes, publicando su necrológica por error: síntoma de que las cosas no andaban bien.

'BERLANGUIANO'

El director y académico José Luis Borau, que reclama desde antiguo para el cineasta valenciano una entrada en el diccionario de la RAE, define 'berlanguiano', o 'berlanguiana', como "el adjetivo con que, desde las páginas de la prensa, desde las de un libro y, por supuesto, en la misma calle, se califica desde hace mucho ya a un personaje, a una situación o a un hecho que reconocemos propios y característicos de nuestra peculiar forma de movernos y comportarnos en la vida. De un brochazo, queda reflejada la repulsa, el ridículo, una buena dosis de indulgencia, otro tanto de comprensión, algo de jarana con gotas de amargura y, muy escondido, casi imperceptible a primera vista, un cierto orgullo también".

Alguno había llegado a decir, con anterioridad, que los españoles "no somos como somos, sino como nos cuenta Berlanga a golpe de genio". Y no le faltaba razón.

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Una de las escenas más populares del cine 'berlanguiano', perteneciente a '¡Bienvenido, Míster Marshall!'

SU CINE

Berlanga firmó, solo o en compañía, dieciocho largometrajes: desde su mano a mano con Juan Antonio Bardem en 'Esa pareja feliz' (1952) hasta la discreta 'París, Tombuctú' (1999); y en los últimos once años, solo volvió a ponerse tras las cámaras para conmemorar el cincuentenario de una de sus obras más populares, '¡Bienvenido, Míster Marshall!', con el cortometraje 'El sueño de la maestra', un plano secuencia -su sello personal, audiovisualmente hablando- que se convirtió en un duro alegato contra la pena de muerte.

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'El sueño de la maestra', su testamento cinematográfico (TVE)

Pero también pertenecen al cine 'berlanguiano' un puñado de títulos menores, pero muy estimables por distintos motivos, que no conviene pasar por alto: 'Novio a la vista' (1954), 'Calabuch' (1956), 'Las cuatro verdades' (1963), '¡Vivan los novios' (1969), la trilogía 'Nacional' (1977, 1981, 1982) o 'La vaquilla (1985).

Los mencionados planos secuencia, las tramas corales y las historias agridulces escritas por el guionista Rafael Azcona -que tocaron techo en 'El verdugo', magistral retrato de la posguerra española- marcaron su cine desde los inicios. Además, revisar sus películas equivale a consultar una enciclopedia de la interpretación española, pues (casi) todos los grandes actores nacionales formaron parte de su 'troupe', en la que costaba distinguir a los protagonistas de los secundarios.

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Berlanga habla de 'El verdugo', su obra maestra

SUS COSAS

Mantuvo una estrecha relación de amor/odio con la censura digna de convertirse en el guión de una de sus obras maestras y se descubrió sin pudor -en una época en la que el sexo todavía era tabú- como el erotómano español por excelencia, aquel que pronunció esta definición definitiva: "El erotismo es la pornografía vestida de Christian Dior".

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Muere Luis García Berlanga, historia del cine español (Europa Press)

Esta misma semana, Berlanga había sido noticia por protagonizar el spot publicitario de una campaña lanzada por Médicos sin Fronteras, 'Pastillas contra el dolor ajeno', cuyo prospecto reza: "Indicaciones: El principio activo de las pastillas contra el dolor ajeno es el amor. Este principio es parte de un gesto humanitario que actúa directamente en las zonas más necesitadas y su fin es ayudar a aquellos que lo necesitan".

La campaña pretende sacar del olvido seis de las 14 enfermedades que la Organización Mundial de la Salud cree ignoradas: chagas, kala azar, tuberculosis, malaria, sida infantil y enfermedad del sueño; pero se olvida de la enfermedad del olvido, la que se ha llevado a Berlanga, la que jamás podrá llevarse su obra.

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'Pastillas contra el dolor ajeno'